Última campaña otoño-invierno 2019


Última campaña otoño-invierno 2019


Cuando hablamos de campañas de moda, salvo en el caso de las marcas de lujo, el nombre de los responsables suele circular de puertas para dentro. Sin embargo, Zara juega en una liga superior: la firma ha anunciado que Steven Meisel repite como el fotógrafo artífice de las imágenes que componen la campaña de otoño invierno 2019-2020. La primera vez que Meisel prestó su objetivo para el buque insignia de Inditex fue en 2017, con la colección de primavera-verano de aquel año. Por aquel entonces fue una noticia sin precedentes, gracias precisamente a que se trataba por primera vez de una referencia formal: "Vogue by Steven Meisel".



Junto al icónico fotógrafo, también vuelve a repetir Karl Temper, un colaborador habitual suyo, encargado de llevar a cabo el estilismo bajo la dirección creativa de Fabien Baron, otro nombre común en el circuito de la moda por estar detrás de campañas de firmas como Balenciaga, Dior, o Bottega Veneta o sí, también Zara. El equipo creativo ha ideado para las últimas propuestas de Zara un viaje de autodescubrimiento en el que la mujer busca lo único que importa: su propio ser interior.



Para llevar a cabo este punto de partida conceptual, Zara evoca una atmósfera misteriosa, con edificios vacíos de estilo parisino en el que los velos y las puertas revelan un juego de misterio y descubrimiento de sueños y fantasías ocultas. ¿Y qué sucede con las prendas? Las piezas adoptan un carácter muy arty, con estampados que evocan pinturas y esculturas (en la misma línea de las que se dejan vislumbrar entre velos como fondo). El layering es la base sobre la que pivota el estilismo de las últimas propuestas de la firma española, con piezas de aire a medio camino entre los años 80 y los 90, recordando el power dressing que lucieron figuras como Margaret Thatcher.



Las mujeres poderosas de Zara vienen subrayadas por unos accesorios que cobran un protagonismo absoluto: se trata de piezas XXL con un carácter rotundo, que adornan cinturas muy en la línea a los eslabones que subió Chanel en los noventa, con chokers y pendientes de tamaño descomunal. Se trata de una colección que también presta atención al más mínimo detalle: los abrigos y las piezas de sastrería revelan forros con estampados y faldas y vestidos incorporan detalles de piel que se llevan al revés.



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